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Panel frente a la PUCP. foto tomada de "El utero de Marita"

REFUTANDO EL ARGUMENTO RELIGIOSO #UNIÓNCIVILYA

Análisis histórico crítico del libro sagrado (y) del cristianismo

Disclaimer: El objetivo de este artículo no es rajar de la religión y en concreto del cristianismo. No tengo nada en contra de las personas religiosas; pero si veo necesario el comenzar a abogar por la necesidad de un estado laico, donde la religión no sea un argumento para justificar políticas públicas.

Publicado: 2014-04-19

Este artículo se pensó como una continuación a las refutaciones contra la homofobia presentadas en una columna anterior. Uno de los principales argumentos, además de los tres presentados, es el religioso, y creo que merece un artículo propio debido a la complejidad del tema.

Para sostener ciertas posturas que terminan siendo discriminatorias, el sector conservador de nuestro país cerrará la discusión con “es la palabra de Dios”, o con un “así está escrito en la Biblia”. Si bien esta sentencia puede parecer definitiva, aún puede refutarse si es que planteamos las siguientes preguntas:

¿Qué es la biblia? / ¿De dónde viene la “palabra de Dios”?

La biblia es el libro sagrado del cristianismo, y como tal es el conjunto de mitos de esta religión y leyes del pueblo hebreo. Está dividida en dos partes, la primera, el “Antiguo Testamento”, narra desde la creación hasta las historias de varios profetas, que advierten de las consecuencias de alejarse de dios y advierten de la venida de un salvador. El “Nuevo Testamento”, narra lo sucedido durante los primeros años después del nacimiento de Cristo, incluyendo detalles sobre su vida, obra y prédicas, además de las obras de sus discípulos y otras historias.

La biblia, entonces, funciona como un compendio de mitología escrita; quiero detenerme en este término por que puede parecer confuso a priori. El término mitología es inmediatamente asociado con los griegos, y comúnmente se entiende como las historias fantásticas de los dioses de un determinado panteón.

Los mitos son sumamente importantes para entender la mentalidad y también la religión en civilizaciones antiguas. El historiador de las religiones Mircea Eliade, provee una definición mito, que él considera es la menos imperfecta:

"El mito cuenta cómo, gracias a las hazañas de los Seres Sobrenaturales, una realidad ha venido a la existencia, sea ésta la realidad total, el Cosmos, o solamente un fragmento: una isla, una especie vegetal, un comportamiento humano, una institución. Es, pues, siempre el relato de una «creación»: se narra cómo algo ha sido producido, ha comenzado a ser. El mito no habla de lo que ha sucedido realmente, de lo que se ha manifestado plenamente. Los personajes de los mitos son Seres Sobrenaturales. Se les conoce sobre todo por lo que han hecho en el tiempo prestigioso de los «comienzos». Los mitos revelan, pues, la actividad creadora y desvelan la sacralidad (o simplemente la «sobre-naturalidad») de sus obras. En suma, los mitos describen las diversas, y a veces dramáticas, irrupciones de lo sagrado (o de lo «sobrenatural») en el Mundo." (Eliade: 1981: 12)

Como señala además Levi-Strauss, luego de la irrupción de la ciencia existe hoy en día una confusión con respecto a lo que en verdad es el mito, y se lo asocia a mentes fantasiosas y primitivas de antaño (Levi-Strauss: 1978). Sin embargo, como lo sustenta Eliade, los mitos son considerados historia viva, y se les distingue claramente de lo que vienen a ser “historias falsas”, es decir, fábulas, poemas y otras creaciones literarias de ficciçon, puesto que estas si bien también incluyen elementos fantásticos, no han llegado a transformar la realidad como tal (Eliade 1981); sin embargo, el propio autor llega a incluir dos ejemplos, en concreto en la Antigua Grecia y en la India, donde las historias relacionadas con las deidades se comienzan a “desacralizar” y se vuelven más cotidianas; pero la definición presentada con anterioridad aplica para el grueso de los casos.

“Mito” originalmente significaba discurso, pero en Grecia el concepto al que se le llamó “mythos” fue separado y visto en inferioridad a “logos” y la ciencia por los primeros filósofos, y nuestra tradición occidental ha heredado aquél concepto (Coupe 1997: 9).

Los mitos cristianos, compilados en la biblia, son en esencia similares y cumplen la misma función que los mitos de otras religiones: explican cómo el mundo llegó a ser como es; ya sea explicando pequeños detalles del mundo, o sean mitos creacionales como el Génesis, el mito de los Cinco Soles Azteca, las historias de Wiracocha, entre muchas otras más. Ahora bien, el vocablo “mito” fue visto peligrosamente por los primeros cristianos, y estos dedicaron sus esfuerzos, concilios y poder político en eliminar la imagen “mítica” de Jesús y reemplazarla por una versión histórica empírica (Eliade 1981: 176), forzando a veces la realidad; e incluso los aspectos que no se podían comprobar fueron difundidos como historia verdadera.

(Si. Esto significa que mucho de lo presentado en ambos testamentos probablemente no ocurrió en realidad, y muchos de sus personajes sean, en efecto, imaginados o, en el caso del antiguo testamento, idealizaciones de algún antepasado. Sin embargo, eso no desacredita a la biblia ni ninguna otra mitología, puesto que cumplen una función ante todo alegórica y simbólica.)

Y este es otro punto importante: para los creyentes de un determinado sistema religioso, los mitos son historia. Así como para un creacionista, el Génesis explica a detalle cómo se creó la realidad, para un Hatun Runa del Imperio Inca, el Imperio se fundó por la acción de Manco Cápac y Mama Occllo, hijos del sol que emergieron del Lago Titcaca.

Cabe señalar, para culminar este punto, que la Biblia es una depuración de todos los mitos escritos que se redactaron sobre el cristianismo. Existen muchos más, los llamados evangelios apócrifos, que también cuentan historias sobre los mismos personajes y deidades, pero no fueron tomados como “verdaderos” por la Iglesia Católica en siglos pasados, por diversos motivos, incluyendo políticos.

Ahora bien, habiendo determinado que la biblia es el compendio escrito de los mitos para los cristianos, se pueden formular otras preguntas. La biblia es un libro, y que sabemos de ella por que nos fue transmitida mediante manuscritos, siguen otras preguntas. Todos los libros de la biblia fueron escritos por hombres comunes y mortales (los cristianos señalan además que lo hicieron mediante inspiración divina). Esto, sin embargo, no impide de realizar un análisis histórico crítico de los libros que la componen, y preguntarnos ¿qué motivó a aquellos hombres a escribir sus respectivos libros? ¿qué pretendían lograr por ello? ¿en qué contexto histórico se escribieron?

Tomemos por ejemplo el Éxodo; este libro fue escrito durante el período en que el pueblo hebreo era esclavo en babilonia. Los hebreos interpretaron su predicamento como un castigo divino, producto de haberse apartado de Dios, y pusieron por escrito la historia del éxodo de Egipto, una situación un tanto similar, como forma de recordar que Yahvé los ayudó en un pasado, y así como ellos se liberaron de Egipto, lo mismo sucedería con Babilonia; siempre y cuando se honre a Dios. Otro ejemplo: el Apocalipsis fue escrito en el contexto de la persecución romana a los romanos y su finalidad, contraria a la opinión pública, no es brindar un recuento de cómo será el fin del mundo, sino brindar un mensaje de esperanza, por medio de alegorías, a los cristianos perseguidos, anunciando que serán recompensados por sus acciones y los romanos serán castigados.

Analizar cada libro en su contexto permite comprender mejor ciertos temas que pueden parecer a simple vista contradictorios, como el por qué la actitud de Yahvé frente a los humanos cambia. ¿No es paradójico que quien decida aniquilar a Sodoma y Gomorra, y que no tenga problema en asesinar a la mayoría de la población mediante un diluvio, luego mande a su hijo y permita que sea asesinado para salvar a la humanidad, con un mensaje de “dios es amor”? La religión cristiana-judía misma no ha sido estática, y sus libros sagrados han ido reflejando diferentes aspectos de cómo ha evolucionado su propia concepción de Dios, por más que esto no sea evidenciado implícitamente. Si bien se esperan diferencias entre el antiguo y el nuevo testamento, por cuestiones obvias, también existieron cambios entre los libros que conforman cada una de las partes de la Biblia, y que evidencian los cambios propios en la accidentada historia del pueblo hebreo (época del exilio, los jueces, el reino, la captura, etc.); del mismo modo que la mitología de otras civilizaciones se ha ido acomodando a cambios de índole político. Sin embargo, soy de la idea que el tener por escrito estos mitos y el querer presentarlos como “historia verdadera” para mantener el poder político que la Iglesia sostuvo durante los primeros siglos de su existencia, hizo imposible que el canon, luego de haber sido consolidado, pudiera editarse. De lo contrario, estoy tentado a creer que el canon podría haberse expandido e incluir otros textos que narren la vida de otros personajes importantes para la historia de la iglesia.

Teniendo eso en cuenta, se tiene que reparar en el hecho que muchas de las sentencias de carácter jurídico-moral que son explícitas en el libro como Éxodo 22:18 (“No dejarás a la hechicera con vida”) o Levítico 20:13 (“Si alguno se acuesta con varón como los que se acuestan con mujer, los dos han cometido abominación; ciertamente han de morir. Su culpa de sangre sea sobre ellos.”), fueron escritas teniendo al pueblo hebreo de hace dos milenios en cuenta, pensado para sus costumbres sociales populares y para sus jerarquías sociales (en esa época no existían derechos fundamentales y la pena de muerte era algo común). Y, como se sabe, la religión de los hebreos se trasladó a los romanos, quienes la impusieron como religión oficial y así se difundió por Europa; sobrevivió gracias a los reyes bárbaros, fue adoptada por España, quien se encargó de extenderla por sus territorios en América y de defenderla frente a las intenciones protestantes; y cuyo monoteísmo le impidió conceder la existencia de otras deidades, por lo que se buscó destruir todo rastro de las religiones con las que se topaban (Musulmán, Azteca, Maya, Inca y otras). Así fue como el cristianismo llegó a lo que actualmente es Perú.

A manera de conclusión, tenemos que la biblia es el conjunto de mitos e historias que explican cómo el mundo vino a ser como es para los primeros cristianos y contiene el conjunto de leyes que regían al pueblo hebreo. Fueron escritos teniéndolos a ellos y a los primeros cristianos en mente, hace varios siglos atrás. Entonces, cuando alguien intenta citar a la biblia para justificar su acción, debe seguir la siguiente pregunta:

¿Los mitos y las leyes escritas para el pueblo hebreo hace más de un milenio deben de utilizarse en la justificación de la legislación peruana del siglo XXI?

La respuesta es un rotundo NO. La legislación peruana debe de utilizar análisis específicos para nuestra sociedad y nuestra realidad de modo que puedan garantizar el bienestar de nuestra población, y no ampararse en paradigmas morales y las costumbres sociales de una civilización de milenios de antigüedad.

La religión, por más que considere tener presupuestos e ideas de carácter absoluto en diferentes términos, incluido el moral, cabe dentro del ámbito personal y subjetivo; y eso debe de respetarse e, incluso, admirarse. Sin embargo, los preceptos de una determinada religión no pueden imponerse hacia otras personas; peor aún, no se debe de esperar que sea el Estado quien realice o avale esta acción.

Bibliografía citada:

COUPE, Laurence

1997 Myth. Londres y Nueva York: Routledge.

ELIADE, Mircea

1981 Mito y realidad. Traducción de Luis Gil. Cuarta Edición. Barcelona: Editorial Labor.

LEVI-STRAUS, Claude

1987 Mito y significado. Madrid: Alianza.


Escrito por

Javier Aguilar

Estudiante de Historia en la PUCP, ciudadano indignado


Publicado en

OccupyClio

Blog personal vinculado a temas de Historia y actualidad social y política peruana.