#ElPerúQueQueremos

Foto sacada del muro de Dedo Medio

Los Límites del Liberalismo #ConcentracióndeMedios

Una refutación a la defensa de El Comercio

Publicado: 2014-01-06


La principal defensa de el grupo El Comercio sobre su adquisición de EPENSA, que les otorgó casi un 80% sobre el control de la Prensa Escrita en el país, esgrime argumentos liberales para justificar que deben su control en base a la preferencia de los consumidores y, por lo mismo, es completamente legítimo y cualquier acción en contra sería una amenaza para la libertad de expresión. En una de las editoriales donde escriba una defensa, señala lo siguiente:

“La única manera en que un medio puede alcanzar sosteniblemente un porcentaje dado del mercado de prensa escrita es mediante la elección de las personas que lo leen. Luego, no es posible limitar el derecho de un medio a alcanzar tal o cual porcentaje del mercado sin limitar al mismo tiempo el derecho de los consumidores a elegirlo.” (Sacado de http://elcomercio.pe/actualidad/1649255/noticia-editorial-su-derecho-elegir)

La primera pregunta que se me viene a la mente al leer el párrafo anterior es: ¿En el hipotético caso que un medio, por elección de los consumidores llegue a un número elevado en la concentración de medios, digamos 90-99%, o incluso 100%, El Comercio tendría problema alguno?

Pareciera ser que no, puesto que en ningún momento la argumentación en defensa pasa por considerar que un acaparamiento o incluso un monopolio sea algo negativo (en cualquier sentido posible); debido a que defienden, ante todo, la posibilidad de las personas de escoger.

Para comenzar una refutación a este planteamiento, y analizar los límites que tiene esta postura que se llama así misma liberal comenzaré con una analogía: en la década de los 80´s, un movimiento terrorista, agrupado en torno al Partido Comunista del Perú – Sendero Luminoso, lanzó una cruenta ofensiva contra el país, lo que nos costó una guerra que dejó un alto saldo de víctimas y daños materiales. Una vez Sendero fue derrotado, se dividió en dos bandos: aquellos que consideraban necesario continuar con la lucha armada, y aquellos que consideraban necesaria una convivencia con la democracia. De este segundo bando surge el MOVADEF, que años atrás buscaba ser inscrito como partido político y entrar en contiendas democráticas. Sin embargo, tanto el PCP-SL y el MOVADEF no están permitidos de participar oficialmente en ninguna elección. ¿Por qué? Si utilizamos la misma postura que utiliza El Comercio, veríamos aquí una clara violación a la libertad individual de poder escoger y votar por un determinado partido u opción política. Pero existe un consenso establecido de que es correcto prohibir al MOVADEF y proscribir al PCP-SL, y se debe a que ambos son una amenaza para la democracia misma al defender y realizar apología al terrorismo, a la violencia y a la intolerancia, es decir, por ir en contra de los valores que sostienen a la propia democracia, a nuestro sistema y a nuestra constitución. La democracia no puede permitir que existan vías legales para destruir los propios valores que la constituyen ya que, en un hipotético caso en que MOVADEF o Sendero triunfen una elección, lo más probable es que instauren un régimen autoritario y que atente contra las libertades de otras personas; creando una pequeña paradoja: por defender a ciegas la libertad individual para escoger, se puede llegar a amenazar la democracia, que es el sistema que, precisamente, nos permite escoger.

De esta manera, si aceptamos que la prohibición al MOVADEF es correcta, se acepta también que la libertad de escoger posee ciertos límites, siendo uno de ellos el amenazar el correcto funcionamiento sistema democrático; y sería correcto además intervenir, por parte del Estado, para que quede eliminada la posibilidad de riesgo al sistema.

Ahora bien, regresando al tema de los medios de comunicación, tenemos lo siguiente: una alta concentración del control y el manejo de los medios de comunicación en pocas manos es una amenaza para el correcto funcionamiento de la democracia.

La crítica a la alta concentración y los monopolios viene por dos lados: primero, los monopolios per se es negativo para el mercado: desincentiva la competencia, permite casos donde se creen fijaciones de precios arbitrarias y limita la pluralidad de escoger alguna alternativa, dejando a una minoría completamente excluida (los únicos casos donde los monopolios son permitidos y aceptados son en los casos en los que se trata de un bien que precisamente no debería de entrar en una lógica de mercado, como lo es el conocido “monopolio de la fuerza”). Es por esto que en buena parte de los países en el mundo se han combatido los monopolios y las concentraciones por significar amenazas para el libre mercado. Un ejemplo que aparece en textos de economía es el de la Ley Antitrust Estadounidense, y se utiliza precisamente una lógica liberal para justificar estas regulaciones por parte del Estado en el funcionamiento del mercado; aunque, claro, algunos puristas vendrán a reclamar que dicha intervención atenta contra el verdadero espíritu del liberalismo y que solo ellos, con planteamientos bordeando en el anarcocapitalismo, son los verdaderos liberales y la reserva moral de la libertad (¿Suena muy parecido al extremismo marxista, verdad?).

Sin embargo, como correctamente han señalado varios académicos, dentro de ellos Ricardo Uceda, quien quizás es quien ha escrito el mejor artículo sobre el tema, es complicado señalar objetivamente en qué medida la adquisición del casi 80% del mercado de prensa escrita por parte de El Comercio afecta el debate democrático. Mis postura personal me lleva a defender que no es necesario tener una prueba objetiva, simplemente la democracia no puede correr el riesgo que supone tener una alta concentración en pocas manos. En un hipotético caso, Grupo El Comercio podría ser más santo que Ghandi, crear medios con diferentes líneas editoriales que garanticen la pluralidad y en suma ser el periódico que todos deseen dirigir y comprar; pero simplemente no se puede arriesgar que un solo grupo tenga la posibilidad de, arbitrariamente, escoger qué es lo que se publica o no en cuatro quintos de la prensa escrita del país.

(Y aterrizando en el caso concreto de El Comercio, tenemos pruebas de sobra para demostrar que oculta información que es contraria a sus intereses (http://idl-reporteros.pe/2011/06/10/criterios-de-publicacion/), y si a eso le sumamos el increíble número de mentiras y sesgos que han aparecido en otros medios como Correo durante la era Mariátegui y las continuas patinadas de Du Bois ya tenemos un pésimo historial en la prensa que ahora manejan los Miró Quesada)

(Cabe señalar que criticar a El Comercio no es de ninguna manera avalar el que La República u cualquier otro grupo posea una alta concentración.)

En suma, para concluir, se tiene que la alta concentración de medios, efectivamente, puede volverse una amenaza para el correcto funcionamiento de la democracia y se debe de anular la sola existencia de dicha posibilidad. Sin embargo, incluso en el caso que aceptemos que esta premisa es correcta, quedaría la pregunta: ¿Ahora qué hacer? Al igual que varias otras personas, considero que más que una intervención directa en contra de El Comercio lo necesario es generar incentivos para la creación de nueva prensa escrita (algo como reducir la tributación y los costos de crear un nuevo medio en un 25% por unos 3 años y prohibir la compra y/o venta de los medios creados en este periodo de tiempo por un mínimo de cuatro o cinco años por grupos que tengan un porcentaje mayor al 20% del mercado); de modo que el porcentaje actual que sostiene el grupo El Comercio se reduzca. Así mismo, es necesario comenzar a debatir seriamente la creación de un ente que fiscalice y regule la compra y venta de medios de comunicación, entidades que ya existen en otros países. Como señala Uceda:

“En otros países, las fusiones tienen un control anterior a la concentración, que en sí misma no está prohibida. Un organismo regulador independiente decide si la compra que hará un pez gordo puede darle demasiado poder en el mercado. Este año, en México, la Comisión Federal de Competencia negó a Cinemex la autorización para adquirir el 100% de las acciones de Cinemark, haciéndose del 95% del mercado. Cuando Glencore compró Xstrata, las autoridades chinas le exigieron que venda Las Bambas, el proyecto de US$ 5,9 millones que se desarrollará en Apurímac para que no tuviera demasiada influencia en el mercado mundial del cobre. En estos sistemas, la compra de EPENSA por El Comercio hubiera requerido evaluación del regulador. Ahora solo podría hacerse si hay una denuncia por abuso de posición de dominio, lo que aún no se sabe si sucederá.”

(Cita de Uceda en: http://www.poder360.com/article_detail.php?id_article=7602&pag=1)

Entonces: es necesario comprender que existen límites para las libertades individuales de cada ciudadano, es necesario considerar también la amenaza que supone una alta concentración de medios para la democracia y más importante, es hora de comenzar a debatir sobre una regulación que debería de haber existido en un principio en este país.


Escrito por

Javier Aguilar

Estudiante de Historia en la PUCP, ciudadano indignado


Publicado en

OccupyClio

Blog personal vinculado a temas de Historia y actualidad social y política peruana.